¿Qué dicen las comunidades Mapuche sobre el Censo 2022?

por Revista Cítrica
18 de mayo de 2022

Entre la desconfianza hacia el Estado genocida y la posibilidad de obtener números concretos de la población originaria que habita los territorios ancestrales, dos mujeres de sangre indígena reflexionan sobre lo que significa el relevamiento poblacional en Argentina.

Entre las particularidades del Censo 2022, hay una serie de ítems referidos a la pertenencia o reconocimiento de descendencia de comunidades originarias. Son varios los frentes abiertos que tienen los pueblos preexistentes al Estado Argentino, porque la misma legalidad que se aplica en algunos casos para proteger sus territorios, en muchas más ocasiones es la punta de lanza para avasallar sus derechos. 

¿Tiene un valor concreto para las comunidades mapuche (uno de los asuntos preferidos del show mediático corporativo para construir falsos enemigos internos) participar del Censo? ¿Se puede confiar en el mismo Estado que las persigue recurriendo a una herramienta que puede arrojar datos certeros sobre la cantidad y ubicación de su gente? 

Ivana Huenelaf: "No me siento parte del país. Me siento parte de la Abya Yala. No me siento dueña de un espacio, me siento parte de este espacio territorial que es Mallín Ahogado en tierra y dignidad".

 

“Que el Estado Nacional genocida empiece a abrir los ojos sobre la real población indígena”

Juana Estela Antieco Ñeguimain forma parte de la comunidad Mapuche-Tehuelche de la Costa del Lepa, ubicada 45 kilómetros al noroeste de la ciudad de Esquel en Chubut:

“Este censo ha sido una lucha más de varios colectivos, de hermanos de otros pueblos que han hecho el reclamo vía judicial; también porque no se tuvo en cuenta la consulta libre, previa e informada. Un montón de cosas que se fueron dando por pelear en el marco del Derecho, a través de una de una red de muchos pueblos y organizaciones que están en las mismas comunidades de las provincias.

Todo ha sido en función de poder modificar en este Censo 2022 la pertenencia a algún pueblo indígena en la República Argentina. Fue un camino también bastante duro, y esto tiene que ver con el no reconocimiento del Estado Argentino hacia la preexistencia de los pueblos indígenas, pese a que figura en la Constitución. Estas acciones invisibilizan nuestra existencia y preexistencia en los territorios, que es lo más complicado por el avance megaextractivista capitalista que hoy amenaza los territorios donde hay cursos de agua o minerales. Para este mundo occidental, donde hay riqueza todo es pausible de explotar. 

Yo completé el formulario digital y me encontré con la grata sorpresa de que también estaba, dentro de la cantidad de pueblos que figuraban para optar, la parcialidad Mapuche-Tehuelche. Por el lado de mi padre, mi abuela paterna era Tehuelche, entonces yo tengo esos dos linajes: soy Mapuche y Tehuelche.

La mayoría de las comunidades acá en la provincia de Chubut tenemos esta esa particularidad: hay comunidades que se reconocen netamente Mapuche y otras comunidades como la mía o como Nahuelpan que se autoreconocen como Mapuche-Tehuelche. En el Censo también existe la opción de si sabés hablar el idioma y ésta fue una batalla legal que se ganó. Sobre las últimas horas que ya estaba hecho el formulario del Censo, me consta que hubo una presentación judicial al respecto con dictamen favorable, por eso se incorporó la pregunta sobre el idioma. 

Foto: Agustina Salinas.

Foto: Agustina Salinas.

No creo que esto vaya a tener un impacto en lo inmediato en la cuestión social y económica, ni mucho menos en lo que respecta a la cuestión territorial que estamos atravesando sobre todo acá en el Sur, pero sí no sirve a nosotros y les va a servir a las mismas autoridades de este Estado genocida, para que vean realmente la presencia que hay de pueblos indígenas. Quizás este Censo tenga esa particularidad y a través de los mecanismos del Estado se empiecen a dar cuenta de la población indígena, en general y en particular de cada pueblo, cuál ha sido el porcentaje de reconocimiento que se logró.

Si bien es cierto que hubo escasez de información, no hubo herramientas, no se bajaron fondos, me consta que hubo mucho trabajo a pulmón. En Neuquén, Río Negro y Chubut, desde la Confederación y desde el Parlamento Mapuche cada uno hizo desde su celular como pudo campañas para despertar la conciencia de nuestra gente y que respondan efectivamente sobre su pertenencia indígena.

Quienes venimos tanto tiempo caminando la lucha sabemos del porcentaje que somos, aunque no contamos con las herramientas para determinar un número. Pero sí estos últimos 10 años tenemos que reconocer que muchos sobre todo jóvenes, que vivían en la ciudad despojados de sus territorios, han empezado a autoreconocerse y eso es importantísimo.

Cuando se empiecen a desglosar los datos que arroja este Censo, para nosotros va a ser algo positivo en el sentido de que se va a haber un número, que implica un porcentaje de la cantidad de población argentina que respondió efectivamente, como para decirle al Estado “bueno, acá estamos”. Yo supongo que esto servirá para que el Estado Nacional, este Estado genocida, empiece a abrir los ojos sobre la real población indígena con la que cuenta.”

Juana Antieco Ñeguimain: "Si bien es cierto que hubo escasez de información, no hubo herramientas, no se bajaron fondos, me consta que hubo mucho trabajo a pulmón. Cada uno hizo desde su celular como pudo campañas para despertar la conciencia de nuestra gente sobre su pertenencia indígena."

 

“El Estado tiene que reparar el genocidio de nuestro pueblo para que nosotros podamos creer” 

Ivana Huenelaf es Mapuche-Tehuelche, habitante de Puelmapu en Mallín Ahogado (Río Negro), y se define como feminista comunitaria antipatriarcal:

“Aquí en la ruralidad empezaron a censar hace un par de semanas para terminar mañana (por hoy). Yo decidí no censarme, así como tampoco voto porque creo que no me constituyo como Lof, no tengo una Lof con personería jurídica. El Estado tiene que reparar el genocidio de nuestro pueblo para que nosotros podamos creer. 

Personalmente, no creo en nada, este Censo no ayuda, no sé a qué aportaría porque la plata que que le traen al pueblo en el Municipio, nunca se ve. De hecho, aquí no tenemos agua potable, no tenemos medidores propios, así es también la ruralidad y la forma en que decidimos vivir.

No me siento parte del país. Me siento parte de la Abya Yala. No me siento dueña de un espacio, me siento parte de este espacio territorial que es Mallín Ahogado en tierra y dignidad. 

Foto: Denali DeGraf.

Foto: Denali DeGraf.

No es un juez, ni un terrateniente, es el Estado el que tiene que reconocer la deuda con nuestros territorios. Hubo un genocidio pero no un exterminio, porque aquí estamos y vamos a seguir perdurando en nuestro Puelmapu con todas las fuerzas que tenemos. Un Estado que no respeta ningún derecho: ni el derecho indígena, ni el derecho a la niñeces y adolescencias, ni a las mujeres. Nos están asesinando diariamente, no respetan la tierra ni los códigos de la tierra. No respetan nada. 

Un Censo no me parece algo muy certero que solucione la pobreza que estamos teniendo. Por dentro me da mucho enojo, pero caminando los territorios y pudiendo ver tantas bellezas me fortalezco y sigo el camino que nos piden nuestras ancestras, que es resistir con nuestras formas. Y la forma de estar es sostener un territorio.”

 

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