Con licencia para envenenarnos

por Saverio Lanza
13 de marzo de 2017

Las "siete muertes" en el recital del Indio que difundió Télam dejaron al desnudo mucho más que precarización laboral. Entrevista con Mariano Suárez, abogado y delegado de la agencia.

Durante la madrugada del último domingo, Télam, la agencia nacional de noticias, difundió un despacho diciendo que al menos siete personas habían fallecido durante el recital del Indio Solari. La credibilidad de la agencia hizo que ese –hasta el momento- rumor no confirmado, se convirtiese en noticia chequeada, y que por ende repercutiera rápidamente en numerosos medios. Es que Télam legitimaba el dato con su cable. 


Ese acto “monumental de irresponsabilidad periodística”, tal cual lo calificaran los trabajadores y trabajadoras de Télam en un comunicado, se propagó como reguero de pólvora. Y esta situación, que supera la valla del error, dejó al desnudo cuál es la forma de conducir la redacción de la agencia nacional que tiene el gobierno actual.


Télam no envió un periodista a Olavarría para evitar pagarle horas extras u otorgarle un compensatorio. Y también como represalia por la participación de los trabajadores en los paros de la semana pasada. El jueves anterior al concierto, el Gerente Periodístico, Daniel Capalbo, informó que la empresa levantaba la totalidad de las coberturas periodísticas fuera de Capital Federal y por tiempo indeterminado a raíz de la que Comisión Interna no aceptaba que los periodistas no cobrasen ni compensasen las horas trabajadas en los viajes. 


El Directorio eligió ajustar. Y lo que hubo detrás de los muertos que no murieron, y de las noticias que no fueron tales, fue la precarización del gremio de prensa en Argentina.


“La semana pasada hicimos paro, durante la movilización de la CGT del martes y el miércoles participamos del paro nacional de mujeres, y a modo de respuesta por haber hecho la medida de fuerza, el jueves, la empresa decide levantar en forma total todas las coberturas periodísticas, cualquiera fuese su relevancia, alegando un supuesto desacuerdo con la Comisión Interna, sobre cómo se iban a pagar las horas extras y los viajes”, explica Mariano Suárez, delegado sindical en Télam, abogado, y miembro de la sección Espectáculos de la agencia nacional de noticias.


“El primer acto fue bajar la cobertura del Indio, que ya tenía un periodista asignado desde hacía semanas, con toda la cobertura coordinada, pero dijeron que no se haría. En la madrugada del sábado no tenía  responsable el recital del Indio en Olavarría, y en la sección Espectáculos no había nadie, cuando por lo general ocurre que, cuando hay un evento importante, queda -por lo menos- un redactor. Es decir que el recital del Indio, Télam no lo cubrió. Hubo solamente un jefe de turno en la madrugada”, expresó.


Suárez agregó que “previamente al recital habíamos denunciado las condiciones de la cobertura, una metodología impropia del trabajo que induce al error”. 


¿Qué otros temas no son cubiertos o no tienen difusión desde la agencia?
-Al comienzo del macrismo hubo una apertura con respecto al material que se publicaba, en diferencia a la gestión anterior. Pero eso duró poco tiempo.  La asamblea de trabajadores tuvo que crear un consejo de redacción -formado por los trabajadores mismos- para poder monitorear el estado del servicio. Y hoy tenemos problemas de publicación, hay muchos materiales que no se publican. Como en el caso de las coberturas sobre Milagro Sala, por ejemplo: se manda a hacer notas a los corresponsales, que después nunca salen en el servicio. Generalmente los jefes no disponen de ninguna cobertura, pero a veces los corresponsales y cronistas que se manejan con autonomía, van a cubrir y después no es publicado. A veces está la contradicción de que el jefe del turno mañana envía a un corresponsal a cubrir, pero el jefe a la tarde, como no le gusta el contenido, deja la información detenida o decide no publicarla. Lo mismo pasa con conflictos sociales o gremiales. Otro caso testigo es el conflicto de AGR-Clarín. En Télam no podemos decir ‘AGR-Clarín’, tenemos que decir ‘AGR’ y nada más. Y en general las coberturas son muy pobres, sobre los actos y manifestaciones. Porque, bajo la argumentación de que “necesitamos también la voz de la otra campana”, si el Estado o la empresa no quieren hablar, inmediatamente perdemos la posibilidad de publicar las notas, y los cables no salen.

¿Cómo se manejan con la línea editorial que bajan los directivos?
- Todas las secciones tienen nuevas estructuras, nuevos jefes que llegaron con la nueva gestión. En política, economía y sociedad es más fácil percibir la línea editorial. Lo que acaba de ocurrir (la no cobertura del recital del Indio Solari), que no deja de ser un protocolo de publicación nuevo, fue que se produjo en una sección en la que -se supone- no hay ninguna controversia política, más allá de cualquier línea editorial. Está claro que el recital del Indio Solari era un evento relevante y merecía una cobertura.


En Télam hay alrededor de 550 periodistas, y 970 trabajadores en total. Es la redacción más grande de la Argentina. Más grande que Clarín y La Nación. “Con esos números, está claro que si Télam no está en condiciones de enviar un periodista a 400 km de Capital, nadie debería poder hacerlo”, reflexionó Suárez.


¿Hubo alguien del directorio que haya dicho algo sobre lo ocurrido?
Ayer a última hora, la empresa expidió un comunicado pidiendo disculpas, sin explicar qué había pasado, o qué motivó el error. Hoy hubo una reunión donde el Gerente Periodístico, Daniel Capalbo, no dio ninguna explicación de lo que había pasado, ni tuvo ningún ánimo de revisar ninguna situación, ni la delirante política de que no se cubra nada fuera de la zona de influencia. Así que vamos a tener asamblea el jueves, donde los trabajadores vamos a discutir profesional y sindicalmente las posibilidades de la agencia, porque no queremos ver afectado nuestro prestigio profesional.

¿Cómo fueron estos últimos años en Télam, con respecto a la publicación de notas sobre ciertos temas incómodos?
Durante la etapa final del kirchnerismo –porque tuvo cinco o seis gestiones- hubo muchos problemas para publicar noticias vinculadas a la radiodifusión y a las telecomunicaciones, sobre la ley de medios, a pesar de que era uno de los emblemas del gobierno, y se publicaba sólo la información oficial emitida por el AFSCA, lo cual significaba un campo muy estrecho de publicación. De conflictos medioambientales, agroquímicos y agrotóxicos no se publicaba absolutamente nada, ni una línea. Se publicaba poco de conflicto gremial. Al principio del kirchnerismo fue una buena etapa, una de las mejores en la historia de Télam, pero eso después fue cambiando. Cuando llegó el macrismo, en los primeros meses se publicó mucho, inclusive sobre los temas incómodos para el gobierno. Pero después también cambió. Sobretodo ahora, que es un año electoral, la rienda es más corta. Télam cambió hace un mes el gerente periodístico, y vamos en ese camino, el de endurecer el control de la línea editorial.
 

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