Tres años sin Tehuel: “Lo seguimos buscando” 

por Estefanía Santoro
Fotos: Agustina Salinas
10 de marzo de 2024

Si bien no hay rastros del paradero del joven trans Tehuel de la Torre, desaparecido el 11 de marzo de 2021, a mediados de año comienza un juicio por homicidio que tiene dos acusados. La abogada de la mamá y las hermanas repasa las fallas en la búsqueda y advierte que no se trata de un hecho aislado.

La desaparición de Tehuel de la Torre (21) tardó en aparecer en los medios y también tardó la justicia en buscarlo. El joven trans viajó el 11 de marzo de 2021 desde su casa en San Vicente hasta Alejandro Korn. Ese trayecto uniendo puntos de la provincia de Buenos Aires lo iba a llevar a una reunión con Luis Alberto Ramos (37), quien le había prometido trabajo.

Durante el primer mes de su desaparición, familiares y amigxs de Tehuel no descansaron, organizaron marchas, salieron a las calles para visibilizar su búsqueda, pegaron carteles con su rostro en las estaciones de tren y lxs vecinxs de San Vicente se sumaron a caminar las zonas descampadas de los barrios aledaños donde fue visto por última vez. 

¿Por qué hay vidas que importan más que otras? ¿Por qué la desaparición de Tehuel no interpela al conjunto de la sociedad? ¿Por ser trans y pobre?. Una identidad que el Estado no vio: los alertas por su búsqueda y los carteles en los móviles policiales empezaron a circular tres meses después de su desaparición. Ya era demasiado tarde. 

Si bien la causa por la desaparición no ha avanzado demasiado, en julio de 2024 comenzará un juicio oral contra Ramos y Oscar Alfredo Montes, quienes están acusados de homicidio agravado por el odio hacia la identidad de la víctima. Hasta ahora ninguno de los dos habló.

"En el expediente existen pruebas contundentes que demuestran que estas personas cometieron un homicidio agravado por la identidad de género contra Tehuel”, señala Flavia Centurión, abogada de la mamá y las hermanas de quien lleva tres años desaparecido. Tanto la abogada como el fiscal Juan Pablo Caniggia pedirán una condena a prisión perpetua. El tribunal Criminal N°2 de La Plata será quien juzgue las responsabilidades de los acusados.

El juicio iba a comenzar recién en 2027, pero gracias a un petitorio que presentaron organizaciones LGBTIQNB+, el Instituto contra la Discriminación y la Xenofobia (INADI) y el por entonces Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad –pedido que además fue avalado por la fiscalía–, el proceso se adelantó para este año. 

La causa donde se investiga la desaparición de Tehuel, en cambio, no tiene avances hace mucho tiempo, no se han ordenado nuevas búsquedas o rastrillajes. En concreto, el Poder Judicial ya no busca a Tehuel, aunque su familia no esté de acuerdo.

–¿Por qué se demoró la búsqueda de Tehuel?

–Flavia Centurión: En Nación y en Capital Federal existen protocolos de búsquedas que tienen en cuenta, por ejemplo, cuando se trata de una mujer en contexto de violencia o como, en este caso, cuando se trata de una persona del colectivo LGBT, pero en la Provincia de Buenos Aires no tenemos esos protocolos e instrumentos, de manera tal que la búsqueda no se hizo con esa perspectiva, hubo una falta de perspectiva de género. La denuncia de la desaparición se hizo 48 horas después y eso está absolutamente vinculado con el desconocimiento de los derechos. Cuando tenemos una situación como ésta de desaparición de un varón trans, más las condiciones en que él estaba, sin trabajo, constituyen un escenario para que se pueda concretar un crimen de esta naturaleza.

–¿Qué opinión le merece una posible condena de un homicidio por odio a la identidad de género donde nunca se encontró un cuerpo?

–Tenemos el antecedente de Erica Soriano, donde tampoco se encontró el cuerpo. Si vos tenés en el expediente pruebas concluyentes de que se trató de un homicidio, la presencia de un resto mortal no es necesaria para demostrar el homicidio. El cuerpo de Erica hasta hoy no se encontró, pero sí se probó que fue su pareja quien le causó la muerte y la hizo desaparecer.

–¿Cree que las personas acusadas hablen de lo que hicieron con Tehuel durante el juicio?

–Es difícil pensar que un asesino tiene conciencia, ojalá que puedan reflexionar y puedan actuar como personas honestas y decir lo que pasó y lo que saben. De todas formas, creo que no hay margen para una absolución porque las pruebas son concluyentes, pero la esperanza de Norma (la mamá), de las hermanas de Tehuel y de las organizaciones que están acompañando, es que este sea un caso bisagra para tomar conciencia sobre la necesidad de generar herramientas para contener y garantizar los derechos de las personas LGBT, que además se encuentran en situaciones de vulnerabilidad por otros factores como la falta de trabajo, la falta de acceso a la educación y a la salud. En este caso, se trata de un pibe que fue a buscar trabajo, que necesitaba de manera extrema dinero para poder mantenerse a sí mismo y a su familia, porque él estaba viviendo con su novia, quien tiene una hija muy chiquita, y él se hacía cargo de la manutención. En la desesperación para encontrar un trabajo caen en manos de asesinos transfóbicos y me parece que esto tiene que tener esa lectura, que debe exceder el caso particular. Este caso demuestra una realidad que les pasa a muchos y a muchas. 

–¿Cuáles son las pruebas a partir de las cuales se pudo inferir que estas personas lo asesinaron?

–Hay más de 150 testigos en la causa y más allá de eso se encontró en el domicilio de uno de los detenidos el teléfono de Tehuel prendido fuego, la campera que tenía ese día, una mancha de sangre en el domicilio que se corresponde con el ADN y la última foto que se tomó Tehuel fue ese 11 de marzo, un poco antes de la medianoche, en la casa de uno de uno de los acusados. Ése es el último registro que tenemos, además las pericias telefónicas demuestran que el último lugar donde estuvo fue allí.
 
–¿Se pudo saber que relación tenía Tehuel con los acusados? 

–Tehuel tenía una relación de referencia con uno de ellos, era quién le buscaba changas, un vendedor ambulante de comida. Ahí lo que se fue construyendo fue una relación de poder en perjuicio de la víctima y cuando tuvo la oportunidad, sucedió lo que sucedió. Estas captaciones se producen con personas en situación de vulnerabilidad, que no tienen acceso a nada y que son presa fácil de asesinos como estas personas.

–¿La búsqueda de Tehuel continúa aunque el Estado y la Justicia ya no lo hagan?

–Por supuesto, seguimos buscando a Tehuel y tenemos la esperanza de que esto pueda de alguna manera despertar la conciencia de que necesitamos instrumentos idóneos desde la Justicia y la seguridad del Estado para evitar este tipo de hechos tan aberrantes, y que quede claro que toda la sociedad tiene una deuda con el colectivo LGBT.

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