"Esta crisis fue una oportunidad para cambiar el modelo de producción"

El cuidado de la salud y la forma de alimentarnos fueron temas de agenda en el año en que una pandemia paralizó al mundo. La Unión de Trabajadores de la Tierra se vio ante el desafío de producir y comercializar frutas y verduras sanas a precio justo y  concientizar sobre la importancia de la soberanía alimentaria.

Por Delina Puma. Secretaria de Producción de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT).

Cuando empezó la cuarentena se cerraron las fronteras, no teníamos semillas y muchas familias que todavía estaban en el modelo tradicional no podían conseguir los agroquímicos ni los plantines necesarios para la producción. Con el correr de los meses esas familias se terminaron pasando a la agroecología, por costos, por salud o porque directamente no estaban los insumos.

Pudimos dejar de depender de todos los insumos que antes comprábamos: semillas, bio insumos, plantines; también pudimos dejar de depender de los intermediarios. Y este año, a raíz de la crisis y de un dólar estallado, es el año que más semillas se están produciendo en la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT).

Sin dudas, esta crisis fue una oportunidad para cambiar el modelo de producción y la forma de pensar, para dejar de depender de todo eso que está dolarizado y controlado por grandes empresas que manejan nuestra producción y nuestra alimentación, que deciden qué semillas tenemos que plantar, qué veneno tenemos que usar, y hasta cómo tenemos que comercializar nuestra producción.

Las mujeres somos las que defendemos a pulmón el modelo de alimentación soberana. Muchas de nuestras compañeras se hicieron cargo de comunicar sobre la calidad de nuestros alimentos, de explicar que eso incide en la salud de todas y todos.

Antes muchas de nosotras estábamos calladas, esperando en nuestras casas a ver qué decidían nuestras parejas, sin tomar decisiones nosotras. Ahora vemos un tejido fortalecido. Así fue que ganamos en más participación de las compañeras en la organización. Muchas se sumaron a participar de las áreas de  género y de agroecología.

Nuestras compañeras se hicieron cargo de comunicar sobre la calidad de nuestros alimentos, de explicar que eso incide en la salud de todas y todos

Ante una ausencia del Estado, que lo único que hizo fue dar pretextos ante la demanda del sector, tenemos que trabajar conjuntamente para avanzar. Si no nos ayudamos entre nosotras nadie nos ayuda. Nos dimos cuenta de que solo podemos salir de esta, organizándonos entre productores, cooperativas, compañeros y sobre todo compañeras.

Aprendimos que solo se puede crecer y salir de la crisis con organización. Los consumidores también aprendieron. Ahora saben que puede consumir alimentos sanos y de calidad a un buen precio; y que todos tenemos derecho a acceder a ese alimento más allá del precio, que los que producen también piensan en el consumidor y hacen todo lo posible para sostener los precios fijos por 6 meses. Conocieron sabores, colores, olores, vieron variedades que se están recuperando y aprendieron a cocinar de nuevo. Todes aprendimos. 

 

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