“Así era mi Kevin”

por Mariana Aquino
07 de septiembre de 2016

A tres años de la muerte de Kevin, su mamá recuerda al pibe que perdió la vida en 2013, tras una balacera en una zona liberada por las fuerzas de (in) seguridad en Zavaleta.

El 7 de septiembre de 2013 Kevin escondió sus sueños y sus ganas de jugar debajo de la mesada de su casa en el barrio de Zavaleta, en el sur más postergado de la Ciudad de Buenos Aires. Los quiso proteger de un enfrentamiento entre dos bandas en una zona liberada; de la violencia institucional, de la cual son victimas miles de pibas y pibes como él todos los días, a toda hora, en todos los barrios populares del país.

Quisimos recordarlo, saber qué proyectos tenía el nene de 9 años antes de cruzarse con uno de los 105 disparos esa noche en Zavaleta. Una noche como tantas otras en Zavaleta. Y llamamos a Roxana Benega, la mamá de Kevin:

-Dale, hablemos. Estoy esperando el colectivo para ir al cementerio a visitar a mi hijo. Los medios no me llaman nunca para hablar de él. Así que sí, hablemos.

-¿Cómo era Kevin? ¿Qué le gustaba hacer?

-Era un chico alegre, divertido. Tenía 9 años, lo único que quería era jugar. Le gustaba mucho el fútbol y también ir al colegio. Se juntaba con los hermanos en la Plaza Kevin, que se llama así en honor a otro amiguito que murió un tiempo antes que él en el barrio.

Mi kevin decía que de grande iba a ser un artista de películas y pelear como Jackie Chan. Todo eso quería. El practicaba karate y se armó un nunchaku con un palo de escoba que le cortó el hermano mayor. Kevin consiguió un pedazo de cadena y se lo fabricó; y con eso practicaba. Era bastante creativo y tenía ganas, como todos los chicos acá.

-Como sus amiguitos del barrio…

Siempre decía que quería tener muchos amigos, que cuando crecieran con sus amigos iban a llenar la Plaza Kevin para recordar al otro nene muerto también acá en el barrio.

-¿Qué es lo que más extrañas de él?

Uh, tantas cosas. Todas las mañanas él venía y me levantaba con el mate. ¡Cómo no extrañar esos momentos! Y en los pasillos del barrio antes había florcitas amarillas, esas silvestres que nacen en cualquier parte. Él las cortaba, armaba un ramito y me lo traía. Recuerdo las flores en esas manitos y su carita ahí mirándome. Así era mi Kevin. Mucho, todo extraño…qué sé yo.

En la familia está muy presente, en todo, todo el tiempo. Sus hermanas siempre lo nombran y está. En cambio los varones no hablan tanto de él pero a su manera lo tienen presente. Son más cerrados los varones, pero todos lo tenemos acá, clavado en el medio del pecho.

-¿Qué significó la pérdida de tu hijo para el barrio?

Después de que se fue Kevin, el barrio cambió un montón. En los pasillos de cerca de la plaza ya no se vende tanta droga. Ahora ya no se ven tantos pibes haciendo cola para comprar paco. Logramos que los prefectos se tengan que identificar, que sus nombres estén en los chalecos o las camperas. Acá los denominamos los fantasmas con escopeta porque no sabíamos sus nombres, no se identificaban. Y eso cambió.

-Todo un símbolo de lucha contra la violencia institucional de cada día en los barrios…

Kevin es un hito en el barrio porque a través de él se lograron cambios que no se hubiesen logrado. Tuvo que suceder la muerte de un chico más para avanzar con algunas cosas. Triste, ¿No?

-¿Cómo se sigue adelante, Roxana?

- Y fácil no es. Como mamá, me mantiene en pie la idea firme de que algún día voy a reencontrarme con él. Y también tengo a mis otros hijos y a mis nietos, que son un montón, como 15 ya. Ellos son los que todos los días me dan fuerzas para que me levante y siga adelante. Tengo un nietito que tenía pocos meses cuando murió Kevin, vive al lado de casa. Él todas las mañanas me dice: “Abuela vamos a jugar; abuela vamos al jardín”. Todo eso me mantiene viva y arriba. Tengo por quienes seguir luchando.

-¿Por qué crees que el caso de Kevin tuvo tan poca difusión en los medios de comunicación?

Si Kevin no fuese de Zavaleta, sin dudas, hubiese sido tan difundido como el caso de Ángela Rawson, que estuvo seis o siete meses en las pantallas. No había otro tema de violencia para los medios. En cambio, ¿a Kevin quién lo recuerda? Nosotros y La Garganta Poderosa, y algunos medios más, pero no tiene difusión porque el caso de Kevin no le interesa a los grandes medios.

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