La historia sin fin

por Mariana Aquino
27 de junio de 2017

Hace un año eran 400 trabajadorxs en la fábrica de zapatillas GGM de Las Flores. Actualmente son menos de 300. Sueldos, vacaciones y aguinaldos impagos. El patrón no da respuestas y la empresa permanece cerrada desde hace tres meses.

“¿Y ahora a dónde vamos a ir a reclamar?”, se pregunta Gregorio Medrano, parado en las puertas de GGM, de Las Flores. El es Goyo, el delegado, como lo conocen en la fábrica desde hace años. Él, sus compañeros y compañeras llevan varios meses sin cobrar y la empresa cerró por tiempo indeterminado en marzo. El dueño no cumple con sus obligaciones, pero tampoco cumple el gobierno de la provincia de Buenos Aires, que posterga reuniones; ni el Ministerio de Trabajo, que adeuda el Programa de Recuperación Productiva (REPRO). Los trabajadores y trabajadoras de GGM perdieron la paciencia. La semana pasada cortaron la ruta 3 y, desde hace una semana, se mantienen en las puertas de la fábrica para evitar que se lleven las maquinarias.

“Llegamos a la calle desesperados por una solución”, explica Goyo. Y la lucha organizada tiene su recompensa. Después de cortar la ruta, sus reclamos llegaron a oídos del gobierno provincial. El mismo día del corte, el subsecretario de Gobierno y Asuntos Municipales de la Provincia de Buenos Aires, Alex Campbell, se hizo eco del pedido. Y los ministerios de Trabajo y Producción renovaron sus promesas. De todos modos, trabajadores y trabajadoras hacen guardia en las puertas de la fábrica.

“Reclamamos por la deuda y por la conservación de nuestros puestos de trabajo. La situación es muy desgastante. En cada audiencia llegamos con la ilusión de retomar el trabajo, pero nada de eso pasa”, asegura Goyo.

Hace más de cinco años empezaron con conflictos salariales: demora en el pago de aguinaldo y vacaciones. El año pasado, cuando todavía eran 400 trabajadores/as, el dueño de la fábrica, Guillermo Gotelli, dejó de pagarles a los proveedores y a los empleados. A los pocos meses llegaron a un acuerdo y siguieron trabajando. Volvió a pasar: aguinaldos, vacaciones y sueldos demorados desde febrero de este año. Tampoco realizaba los aportes jubilatorios, pero sí los descontaba de los recibos. En marzo anunció las suspensiones y cerró la fábrica que confecciona los productos de Pony para todo el país. Debe un promedio de 40 mil pesos a cada operario/a.

Gotelli ya tiene experiencia en la quiebra de empresas e incumplimientos. Llegó a Las Flores hace más de una década. Venía de dirigir la fábrica Alpargatas, empresa quebrada en 2001. Y se hizo cargo de una de las cuatro plantas que la textil Gatic tenía en la provincia de Buenos Aires. Durante los últimos años, pese a ser beneficiado por subsidios y créditos de parte del Estado, Gotelli incumplió como empleador.

“Este tipo tendría que estar preso porque las irregularidades que vemos acá ya las hizo en otros lados. No puede pasearse por el país estafando trabajadores y  quedar impune”, dice Goyo.

 

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